El cine, poco agraciado con Fox
Columba Vértiz De La Fuente
Proceso.comNúm. 1570
En los últimos seis años, la cinematografía nacional no se salvó de lasembestidas. El mayor golpe lo dieron los distribuidores y losexhibidores extranjeros, las llamadas majors y algunas nacionales, alparar la reforma fiscal del “peso en taquilla” con el apoyo de laSuprema Corte de Justicia de la Nación. Además, la Secretaría deHacienda, con Francisco Gil Díaz, impidió que se cumpliera el artículo226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta.El cine mexicano no fue tan favorecido en el sexenio de Vicente Fox,aunque al principio el mismo expresidente propagó que durante suadministración lo beneficiaría.Una revisión del tema en las páginas de Proceso arroja que, debido a lafalta de una política cultural, el séptimo arte resultó muy afectado, deacuerdo con algunos de sus más valiosos creadores.
Sari Bermúdez, como presidenta del Consejo Nacional para la Cultura ylas Artes (Conaculta), nunca presentó un proyecto claro, aunque VicenteFox promulgó y publicó en el Diario Oficial de la Federación (29 demarzo de 2001) el Reglamento de la Ley Federal de Cinematografíaelaborado por la Secretaría de Gobernación, saldando una cuentapendiente del gobierno de Ernesto Zedillo, que el 5 de enero de 1999 dioa conocer en la misma publicación las reformas y modificaciones a la Leyde Cine de 1992 (impulsadas por la actriz María Rojo como presidenta dela Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados).
Con bombos y platillos, Santiago Creel presentó el reglamento ante lacomunidad cinematográfica en Gobernación. Ahí los cineastas celebraronla creación del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), noobstante les preocupaban otros puntos aún no resueltos: el precio de
mexicanas en las salas de exhibición y eliminar el tema del cine delTratado de Libre Comercio (TLC). Bermúdez mencionó que esto último sediscutiría después, mas nunca lo hizo.
También declaró a varios medios informativos que la Secretaría deHacienda le otorgaría a Fidecine 100 millones de pesos, pero cinco mesesdespués sólo le fueron otorgados 70, cantidad cuestionada por loscineastas por insuficiente.
Bermúdez evidenció su desorientación sobre qué rumbo debía tomar paracon el cine, cuando en entrevista con este semanario platicó en abril de2001 que encaró y le propuso al entonces presidente de la MotionPictures Asociation (MPA), Jack Valenti (quien durante más de 30 añosatajó a países de América Latina cuando éstos trataban de impulsar suscinematografías), que trabajara con México, y según ella él reaccionópositivamente. En el encuentro, producido en la cuarta reunión delComité Bilateral México-Estados Unidos para Fomento a la IndustriaFílmica, realizado en febrero de ese año en California, Bermúdez le dijo:
“Quiero que así como está cambiando México, tú tengas una actitud nuevaante el cine mexicano para poder trabajar juntos y eso significa que nostomes en cuenta. El cine mexicano sabe contar preciosas historias, miralos éxitos que hemos logrado, ya estamos en los festivales másimportantes del mundo. Hay 30 millones de latinoamericanos en EstadosUnidos y no te has dirigido a ellos, ¿por qué no hacemos coproducciones?Nosotros sabemos contar las historias y tú cuentas con los canales dedistribución, vámonos de la mano. Ya es tiempo que en lugar de serenemigos seamos amigos.”
Sin embargo, Bermúdez no supo decir cómo se ajustaría el concepto decine hollywoodense de Valenti al concepto de cine mexicano.
En el Programa Nacional de Cultura 2001-2006 se dispone que para el final del sexenio se producirían 60 películas al año, mismo dato queacentó Bermúdez en su informe de 2001. Lo mismo hizo Vicente Fox el 2 deoctubre de ese año en Los Pinos, durante la entrega de reconocimientos atrabajadores del Sindicato de Técnicos y Manuales de la ProducciónCinematográfica. Sin embargo, no se logró ese propósito: 2006 cerró con63 películas, de las cuales sólo 30 recibieron el apoyo del gobierno.
2002, el peor
2002 fue considerado por los cineastas el año más dramático, desastrosoy de los más tristes para el cine mexicano. Según el realizador AlfredoJoskowicz, director del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine),ese año se realizaron 14 películas, pero el instituto sólo apoyó tres. Yes que la Cámara de Diputados, simplemente no asignó el presupuesto paraFidecine en 2002. Tampoco se le otorgó en 2001 y 2002 al Fondo para laProducción Cinematográfica (Foprocine), creado en enero de 1998.
Por otra parte, la clasificación de películas que la Dirección Generalde Radio, Televisión y Cinematografía de Gober-nación publicó en elDiario Oficial de la Federación causó descontento: Sorprendió en lascategorías la B15.
Conaculta –“por instrucciones de Vicente Fox”, declaró la mismaBermúdez– trabajó junto con la comunidad del cine una propuesta paraincentivar a la industria cinematográfica. Se trató de una modificacióna la Ley Federal de Derechos, aprobada por el Congreso de la Unión,mediante la cual, por cada boleto vendido en taquilla, se destinaría unpeso para la producción cinematográfica, específicamente a Fidecine yFoprocine. Se calculaba obtener 140 millones de pesos, pero no fue así.
La disposición del peso entró en vigor el 1 de enero de 2003. Ese mismodía, tramposamente, las salas de cine aumentaron el boleto. Miguel ÁngelDávila, director de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y
IVA y el impuesto de derechos, debía subir el boleto tres pesos más yque esa modificación a la Ley Federal de Derechos era “ilegal yanticonstitucional”. Entonces los exhibidores y distribuidores se ampararon.Buena Vista Columbia Tristar Films, Twentieth Century Fox, Videocine,Colum-bia Tristar Films, United International Pic-tures, Gussi,Nuvisión, WDC y Cinemas Nueva Era fueron las compañías que interpusieronlos juicios que ganaron entre finales de 2004 y principios de 2005. LaSuprema Corte de Justicia de la Nación falló a favor de esas empresasargumentando que la modificación a la Ley Federal de Derechos eraanticonstitucional.Por supuesto la presión hollywoodense estuvo presente en esa iniciativa.Valenti envió el 8 de enero de 2003 una carta al presidente Vicente Foxen la que rechazaba la modificación a La Ley Federal de Derechos. SariBermúdez no contestó la carta, ni el presidente.El titular del Imcine precisó que la propuesta del “peso en taquilla” nocausaba impuestos porque estaba en la Ley Federal de Derechos, pero losexhibidores y distribuidores no lo quisieron entender así. La medidaprovocó que la diputada María Rojo interpusiera una carta de protesta enla reunión parlamentaria México-Estados Unidos, a la que no asistió.Foprocine obtuvo dinero de los derechos del peso en 2003 y 2004 (24millones 300 mil pesos y 108 millones 300 mil pesos, respectivamente), yel resto se le regresó a las distribuidoras cuando Imcine perdió losjuicios. En 2005 y 2006, Foprocine recibió del gobierno 70 millones encada uno de estos años.Cabe destacar que Fidecine, desde su creación, ha aprobado 75 proyectos,de los cuales se concretaron 71. En 2003, se le otorgaron 70 millones,en 2004 y 2005, una cantidad igual, y en 2006, 86 millones 500 mil pesos.Desde 2002, un número destacado de cineastas ha criticado que el del Video (Canacine), argumentó a este semanario que como se pagaba elIVA y el impuesto de derechos, debía subir el boleto tres pesos más yque esa modificación a la Ley Federal de Derechos era “ilegal yanticonstitucional”. Entonces los exhibidores y distribuidores se ampararon.
Buena Vista Columbia Tristar Films, Twentieth Century Fox, Videocine,Colum-bia Tristar Films, United International Pic-tures, Gussi,Nuvisión, WDC y Cinemas Nueva Era fueron las compañías que interpusieronlos juicios que ganaron entre finales de 2004 y principios de 2005. LaSuprema Corte de Justicia de la Nación falló a favor de esas empresasargumentando que la modificación a la Ley Federal de Derechos eraanticonstitucional
Por supuesto la presión hollywoodense estuvo presente en esa iniciativa.Valenti envió el 8 de enero de 2003 una carta al presidente Vicente Foxen la que rechazaba la modificación a La Ley Federal de Derechos. SariBermúdez no contestó la carta, ni el presidente.El titular del Imcine precisó que la propuesta del “peso en taquilla” nocausaba impuestos porque estaba en la Ley Federal de Derechos, pero losexhibidores y distribuidores no lo quisieron entender así. La medidaprovocó que la diputada María Rojo interpusiera una carta de protesta enla reunión parlamentaria México-Estados Unidos, a la que no asistió.Foprocine obtuvo dinero de los derechos del peso en 2003 y 2004 (24millones 300 mil pesos y 108 millones 300 mil pesos, respectivamente), yel resto se le regresó a las distribuidoras cuando Imcine perdió losjuicios. En 2005 y 2006, Foprocine recibió del gobierno 70 millones encada uno de estos años.
Cabe destacar que Fidecine, desde su creación, ha aprobado 75 proyectos,de los cuales se concretaron 71. En 2003, se le otorgaron 70 millones,en 2004 y 2005, una cantidad igual, y en 2006, 86 millones 500 mil pesos.Desde 2002, un número destacado de cineastas ha criticado que el
cine mexicano ni ha analizado la situación del productor que no recuperalo que invierte.Hacia 2003, la Secretaría de Gober-nación organizó mesas de diálogo para“el fortalecimiento de la industria cinematográfica nacional” condirectores, actores, productores, exhibidores, distribuidores,legisladores, etcétera, mientras que a finales de ese año,sigilosamente, la Secretaría de Hacienda intentó asestar una nuevaagresión: Sin dar aviso siquiera a instancias como la Secretaría deEducación Pública, propuso la desincorporación de institucionescinematográficas con el argumento de escasez de recursos presupuestarios.La proposición era que el Ejecutivo federal iniciaría el proceso de“disolución, liquidación, extinción, fusión o enajenación” de Imcine, elCentro de Capacitación Cinematográfica y los Estudios Churubusco.Enseguida, la comunidad cinematográfica protestó y la agresión no seconsumó.El 1 de enero de 2006 entró en vigor la reforma al artículo 226 de laLey del Impuesto Sobre la Renta, que otorga un estímulo fiscal aparticulares que quieran producir cine. Pero el presidente Vicente Fox,su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz; el subsecretario deIngresos de la misma, Rubén Aguirre Pangburn, y el jefe del Servicio deAdministración Tributaria, José María Zubiría Maqueo, pusieronobjeciones “mediante argucias, omisiones, trabas y evasivas diversas”.Al cierre de esta edición, habían impedido la aplicación de las reglasdel artículo, no obstante su aprobación por diputados y senadores. Aúnpeor, varias producciones de cine están paradas por no aplicarse elincentivo fiscal. Por su parte, el presidente de la Canacine haplanteado que se reforme de nuevo el artículo.El pasado 28 de noviembre, los senadores que integran las comisiones deCultura, Radio, Televisión y Cinematografía, y de Hacienda y Crédito autollamado “gobierno del cambio” no concretara un plan para apoyar alcine mexicano ni ha analizado la situación del productor que no recuperalo que invierte.
Hacia 2003, la Secretaría de Gober-nación organizó mesas de diálogo para“el fortalecimiento de la industria cinematográfica nacional” condirectores, actores, productores, exhibidores, distribuidores,legisladores, etcétera, mientras que a finales de ese año,sigilosamente, la Secretaría de Hacienda intentó asestar una nuevaagresión: Sin dar aviso siquiera a instancias como la Secretaría deEducación Pública, propuso la desincorporación de institucionescinematográficas con el argumento de escasez de recursos presupuestarios.
La proposición era que el Ejecutivo federal iniciaría el proceso de“disolución, liquidación, extinción, fusión o enajenación” de Imcine, elCentro de Capacitación Cinematográfica y los Estudios Churubusco.Enseguida, la comunidad cinematográfica protestó y la agresión no seconsumó.El 1 de enero de 2006 entró en vigor la reforma al artículo 226 de laLey del Impuesto Sobre la Renta, que otorga un estímulo fiscal aparticulares que quieran producir cine. Pero el presidente Vicente Fox,su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz; el subsecretario deIngresos de la misma, Rubén Aguirre Pangburn, y el jefe del Servicio deAdministración Tributaria, José María Zubiría Maqueo, pusieronobjeciones “mediante argucias, omisiones, trabas y evasivas diversas”.Al cierre de esta edición, habían impedido la aplicación de las reglasdel artículo, no obstante su aprobación por diputados y senadores. Aúnpeor, varias producciones de cine están paradas por no aplicarse elincentivo fiscal. Por su parte, el presidente de la Canacine haplanteado que se reforme de nuevo el artículo.
El pasado 28 de noviembre, los senadores que integran las comisiones deCultura, Radio, Televisión y Cinematografía, y de Hacienda y Crédito
a la Cámara alta, y presentaron alternativas, como una iniciativa dedecreto para efectuar la interpretación auténtica del primer párrafo del226, realizada por el perredista Carlos Sotelo (sesión en la cual noestuvo presente el titular del Imcine).El colmo fue que en la llamada Ley Televisa el cine fue ignorado, cuandoen Europa las televisoras deben dar cada año, por ley, 5% de susganancias para la producción de películas y pagar los derechos de autorde una cinta; esto último, desde luego, tampoco ocurre aquí.
Su apoyo a toda la comunidad cinematográfica que asistióa la Cámara alta, y presentaron alternativas, como una iniciativa dedecreto para efectuar la interpretación auténtica del primer párrafo del226, realizada por el perredista Carlos Sotelo (sesión en la cual noestuvo presente el titular del Imcine).El colmo fue que en la llamada Ley Televisa el cine fue ignorado, cuandoen Europa las televisoras deben dar cada año, por ley, 5% de susganancias para la producción de películas y pagar los derechos de autorde una cinta; esto último, desde luego, tampoco ocurre aquí.